lunes, 28 de marzo de 2011

Echando flores


Es bastante común escuchar mujeres quejándose de los halagos poco galantes (mal entendidos). Incluso, desde hace un par de años, se castigan (como falta de cultura cívico o delito, dependiendo del tipo de violencia) las miradas lascivas según la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia (pfff).

¿Y a nosotros que nos lleve en el hocico un perro? Banda capitalina, alcen la voz, no permitan que éste gobierno sexista y ridículo nos relegue a minoría (¿o me va a negar que parece que hay más homo que hetero?, sin ofender). ¿Por qué lo digo? Llámenme loco, pero me cae que no sabe uno qué decir/hacer cuando una fémina se atreve a decir cosas como éstas:
  • Con esa riata, ¡sí me ahorco!
  • Quién fuera moscaaaa, ¡para comerse tu caca!
  • Papito, ¿te marino el camarón o te rostizo el pollo?
  • Vamos a echar la barbacoa, ¡yo pongo el hoyo y tú el animal!
  • Ojalá fuéramos elefantes, ¡para caminar agarrándote la trompa con la cola!
  • Suegra, suegrita, présteme un estropajo, para tallar a su hijo del ombligo para abajo.
  • ...
Es injustísimo que uno esté desarmado ante mujeres capaces de semejantes improperios... ¡Choro! La neta, la neta, soy fan.

1 comentario:

  1. jajajajajajaja estuvo MAAGNO!!!!
    Prometo la siguiente ves que te vea decirte un "halago poco galante" de los que me sé yo

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