Compañeros, les debía éste. Saludos.
Hace unos días desperté, como cada mañana, temprano para irme a trabajar. Como cada mañana también, abrí el agua caliente de la regadera, tire el miedo mañanero y me dispuse a lavar mi puerco. Perdón, cuerpo.
Al salir de la regadera, envolví mi gigantesca toalla en la cintura y me acerqué al lavabo pues disponía a rasurarme la barba. De pronto, al quitar con la mano el vapor del espejo para poder ver lo que hacía - Oh, sorpresa... Ahí arriba, donde terminaba una de mis entradas (pelona), se observaba un leve brillo blanquecino... En efecto, era una cana. Mi primer cana, de hecho.
No podía creerlo. Mi cabello empezó a caerse desde los 18 años; 5 años después es algo que ya tengo más que digerido y aceptado. Es más, hasta siento que me veo más guapo así (jajaja). ¿Pero canas? ¿Pelona y canas? Eso es más de lo que cualquier joven debería de aguantar. ¿O no es cierto?
En fin, el caso es que me arranqué la cana con furia (llevándome de paso varios otros cabellos que no tenían por que dejar mi cabeza todavía) y la sostuve con dos dedos frente a mi cara por al menos unos cinco minutos. ¡La veía y aún así no lo creía! Hacía mucho no me deprimía como durante esos cinco minutos.
Era lógico; pensé en las desveladas de todos los días, las borracheras, las presiones en la oficina, los conflictos interpersonales, los esfuerzos, todo; todo en exceso. Demasiado de todo. Era obvio que tarde o temprano repercutiría en mí de otro modo además de ojeras. Aunque definitivamente no lo esperaba.
La vida es corta, yo lo sé. ¿Es tan necesario vivirla preocupado por pendejadas como ésta? Claro está, lo de la cana ya lo superé. Me molestó durante un par de días pero, por lo visto, es más normal de lo que parece.
Platicando con algunos amigos llegamos a ésa conclusión: las generaciones de hoy en día tenemos muchas más presiones que las de décadas anteriores. Hay poco trabajo, la paga es menos, hay que esforzarse el doble o triple para lograr lo que se lograba antes con una dedicación moderada. Hoy en día tenemos más presiones y preocupaciones. También empezamos con ciertos vicios desde más jóvenes. Son vicios que nos desgastan, nos consumen y nos acaban. ¿Hacer el amor es un vicio, no?
Nótese, no me estoy quejando. Simplemente estoy exponiendo las cosas tal cual son. Pero definitivamente ésa cana me abrió los ojos. Hay ciertas áreas de mi vida que puedo relajar para evitar el seguir deteriorándome.
Dejaré las fiestas, las borracheras, las drogas, el cigarro; dejaré las presiones innecesarias, los enojos con el jefe, las disputas con mujeres; dejaré el sexo.
Yeah, right.
PD: No, no me ha salido otra. Yo les aviso.