Dios, en su infinito ocio, creó a seres excepcionales como Walter Mercado, Madame Sazú y Julio Esteban. Seres asexuados que siempre saben qué pedo. A los demás nos dejó la incertidumbre, el frío y nos rellenó de tripas.
Hace muchos años, antes que Platón o Sócrates o Tales de Mileto dejaran de babear, hubo hombres sabios que descubrieron todo esto. Consecuencias de ello nos han acompañado siempre. No ha faltado quien alce la mano para sacarle jugo. Por eso existen las religiones y el Melate. Las primeras putas datan de algún diciembre, me cae.
Tú te diste cuenta de que tenía tripas. No dijiste nada.
Resulta que no se puede escuchar lo que no se dice. No cejar en el intento me hace querer dormir cansado. Es como servirse cereal y caer en cuenta que no hay leche. A mí, por ejemplo, a veces me da por el enojo, otras nada más guardo el cereal y ya. Pero nunca voy por leche. No es que sea tonto, el hambre no se quita, se van las ganas. Y así es como te pienso: con hambre, sin ganas.
Lo que no logro hilvanar con todo esto es la nece(si)dad de mandar a chingar a su madre en abonos, o sea, poquito a poco. A lo mejor soy bien pinche anticuado pero prefiero el tequila's style, me cae. Por eso, corazón, "cuando las cosas no te salgan bien, tómate un laxante y verás que te saldrá todo, todo, todo, lo que te sobra".
No hay comentarios:
Publicar un comentario