Es padrísimo empezar a salir con alguien. No importa si pasa en tus sweet sixteen o en el umbral de la andropausia (sí, estoy resentido con la edad, ¿y?). Cuando no es nada más para echar desmadre, cuando no es amor de quincena, es hora de bajar la guardia.
Afortunadamente, hay muchísimas maneras de acercarte a una leidi. En gustos se rompen géneros: twitter, facebook, messenger, mensajitos, celular, etc. Queridos lector, siéntese bien, recárguese, póngase cómodo. Verdad Universal no.1:
Si ella dice: Sí. Es sí.
Ay, gooooooooeeei. No, no me tache de pendejo. Aunque usté no lo crea, abajito de la disfunción eréctil y la infidelidad (lo busqué en el diccionario pero ni así le entiendo a la palabra), ésta es una de las causas de más peso para el fracaso de las relaciones. No, no es fácil. Lo sé y, créame, no lo aprendí de la manera amable. Los hombres tendemos a interpretar señales de la manera más favorable a nuestra causa, nos aferramos. Por eso, le regalo la Verdad Universal no.2:
Si ella dice: No. Es no.
Me cae. Se dice fácil, se oye fácil... pero, ¡no lo es! Según estadísitcas personales, el 70 % de las veces es él quien pone el pecho a las balas, el del corazón de pollo, no ella. ¿A quién engañan? Es hora hora de alzar la voz, querido lector, decir: A mí no.
En el fondo siempre lo he sabido pero, como dice Cabrera Infante: "Más que semental, soy sentimental". Ni pedo.
<3 Cabrera Infante <3 Yo no soy una persona de date, las que he tenido las podré contar con los dedos de una mano. Soy, más bien, una persona de esas que, sin avisar, se meten en camas ajenas y ya no se salen.
ResponderEliminarPff, qué pooquito aire me quedó dentro con eso de "sin avisar"... Yo no sé bien qué hacer, sólo sigo las dos máximas del post.
ResponderEliminarjajaja.... caaaaaarnal, para la sabiduria :P ..... ta buenerrimo, pero ya pongase a hacer algo d provecho kaom!
ResponderEliminarSe retrocede con seguridad
ResponderEliminarpero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas...
Mario Benedetti. -A tientas-
No pues... no me tientes.
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